Zahra es una mujer palestina de Siria que, como tantos miles de refugiados, acaba de llegar a Alemania. Ha dejado atrás a su hijo pequeño y decide escribirle una carta para contarle cómo es su día a día.
Un grupo de refugiados sirios vive en el único campamento improvisado en Calais más allá de los límites de la «Jungla”, el mayor asentamiento de refugiados en Europa sobre el que las ONGs han denunciado serias vulneraciones de los derechos humanos en las condiciones de vida de sus habitantes. Mantienen la esperanza de cruzar a Inglaterra al mismo tiempo que seres queridos mueren en el intento.
Ella, su soledad, una patera, un mar, un hijo en los brazos y una costa lejana por alcanzar para hacer una vida nueva. Ella, un palacio, la belleza, la calma y encontrar el lugar ideal cuando no ves tierra.
Un violinista callejero se dispone a tocar en su rincón habitual como hace todos los días para ganarse la vida. Sus ropas están remendadas, la funda del violín desgastada. La música comienza a sonar, interpretada con gran maestría. Una chica se detiene a escuchar.
Abril y Uriel viven como indocumentados en California. Un mes después de nacer su primer hijo, la policía detiene a Uriel por una pequeña infracción de tráfico y al descubrir que no tiene papeles le deportan a México. Cada domingo desde hace dos años, Abril lleva a su bebé por un terreno empantanado hasta una densa verja fronteriza, el único lugar donde Julián puede vislumbrar sombras de su padre.
Cine social, Documental, Internacional
Cineteca – Madrid (28 de noviembre de 2018)